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SI DESPIERTAS

Duerme amor.
Si el cansancio te vence,
duerme.
Déjame disfrutar del privilegio de dormir a tu lado,
entre tus brazos,
pegada a tu total desnudez.
Duerme
y si en la madrugada te apetece, despiértame con un beso en los labios que mate de envidia a mi boca.
Devora mis rincones,
ven con todo,
sumérgete en cada abertura,
recorre todos los caminos con tu lengua,
presiona entre tus dientes cada detalle de mi geografía,
extrae a tu antojo todos mis jugos con tus labios.
Jamás me canso de tí susurrándole a mi orquídea.
Ponme en cardinales y eclipsa mi luna, deja que la almohada te haga estar cada vez más cerca de mí.
Déjame cabalgarte,
deja que mis piernas rodeen tu cintura, déjame ceñirte en un abrazo que te haga desear quedarte preso entre mis extremidades.
Muévete con destreza,
inunda mi ser con tu extensión,
siente como encajamos a la perfección.
Pon tu espalda en la cama,
déjame tomar las riendas hasta que mi corazón se agite cual caballo desbocado
y mientras entro en fase de resolución ahí al ritmo de nuestra danza lujuriosa, regálame tu esencia.
Deja que se vierta en mi cáliz el tibio fluido que da vida y placer desmedido, quédate luego ahí,
sin fuerzas y satisfecho,
pleno y siempre con ganas de volver a mí.
Duerme,
descansa
y si despiertas en la madrugada,
que sea así.


🚨
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ELLA ESTÁ LOCA POR ÉL Y YO TAMBIÉN

E -¿Lo has visto?-
Y- Si, pero solo a través del teléfono-
E -¿Le preguntaste cómo le fue conmigo?-
Y -Si, dice que genial-
E -¿Tú no lo extrañas?-
Y -Si, tanto que hasta siento miedo ¿y tú?-
E -uf, yo también le extraño. Extraño el calor de su cuerpo, la huella que dejó sobre mí, el movimiento de su cintura mientras entraba en tí... Se veía perfecto durmiendo sobre mí, velé su sueño, me deleité con su desnudez. Es como un gatito que ronronea y ese sonido que emitía era música para mi.-
Y -Yo extraño su pecho contra mi espalda, sus besos en mi cuello, sus dedos entrelazando mis cabellos. Extraño sus besos, su voz, sus susurros diciendo "me encantas". Extraño como llenó mi luz y como invadía mi oscuridad hasta derramarse en mí. No sabes lo maravilloso que es despertar y sentirlo abrazado a mí, despertar con sus besos en mi espalda, su pincel dibujando mis entrañas. Abrir los ojos y verlo ahí, fue el más hermoso de los amaneceres-
E -Pídele que vuelva. No dejes que se vaya. Haz que sienta que te necesita. Busca la manera de que quiera quedarse un poco más-
Y -No sé, tengo miedo de ilusionarme, de llegar a quererle, de enamorarme.-
E -Jamás tengas miedo de enamorarte. Tu entrégate, se feliz y si él no te corresponde, él se lo pierde y si pasa lo peor, yo estaré aquí para ti, siempre ha sido así-
Y -eres la mejor-
E -solo soy la tuya-

¿A alguien más su cama le habla así?
No sé quien está más loca por él, ¿si mi cama o yo?
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TODOS SOMOS ESPECIALES

¿Cómo crees que se ve mejor el cielo?
¿Despejado o con nubes?
Las "Imperfecciones" de tu cuerpo son como las nubes en el cielo,
te hacen único,
hermoso,
inigualable.
Jamás permitas que algo físico
te haga sentir menos,
cuando eres tan especial de pies a cabeza.
Las manchas del sol nadie las cuestiona
y todos anhelamos que no nos falte nunca su calor.
Tu espalda es mi sol...
tu alma, mi universo
Y tu amor mi refugio
donde con placer me pierdo.

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LUJURIA
Helos ahí, adentrándose en el segundo círculo del infierno. El demonio oscuro y el ángel caído se vuelven víctimas de la lujuria. Adictos y compulsivos, dominados por un incontrolable y desordenado deseo sexual que los arrastra al abismo, los conduce a Tártaro. Despiertan antes del amanecer, él le pide que le deje beber de su inagotable fuente de vida. Su pereza es infinita y ella se coloca sobre su rostro admirando sus ojos desde su altura, sus manos la mantienen conectada a la cama y su cara se pega a la pared mientras el lame su sexo y la penetra con la indescriptible habilidad de sus dedos, catapultándola al más exquisito placer provocándole mareos de la debilidad que la invade cuando él se apodera de ella. El le muerde el apículo del ginostemo de su orquídea y ella entiende lo que él siente su do ella muerde con fuerza su falo. Las mordidas son adictivas, bien le dice él. Recupera poco a poco la respiración y desciende hasta estar ahí, la cúspide de su inmensidad a la entrada de su templo. Se adentra con movimientos intermitentes. Ella se sale y vuelve a entrar hasta el fondo, inundándolo con su humedad. Son perfectos el uno para el otro. Dimensiones exactas, justas, ambos exclaman casi al unísono el placer que les sale en cada movimiento. Ella hace palabras el orgasmo q la embarga y se abrazan y nada más existe fuera de esa cama. El fuego de las tinieblas la consume y el la apaga ciñéndola a su cuerpo sólo para volver a enardecerla con sus deseos. Él quiere derramarse ahí mas, ella le pide que deje caer su lluvia dentro de su lado más oscuro en 4 puntos cardinales. Luz, pide él. Total iluminación para verla mejor. Y ahí están, justo en el borde de la cama y del averno disfrazado de gloria, ella sintiendo la sangre acumularse bajo sus mejillas de la pena que siente al sentirse expuesta. Él le acaricia la espalda, la aprieta fuerte y se le adentra sin prisa pero sin dejar milímetro alguno fuera de ella. Ella baja el pecho hasta que su rostro queda pegado al lecho y justo ahí el saca las esposas y se las coloca en las muñecas cruzadas en su espalda. Ella grita, muerde las sábanas, siente dolor pero el placer que experimenta es extremadamente delicioso. Él intenta liberarla, teme por su seguridad, por su comodidad y ella quiere arder en el báratro de la dominación con su demonio favorito. Él entra y sale una y otra vez hasta dejar su huella en su interior y ella se deleita con su palpitar acompañado de su cálido fluido. Él se va acompañado de Vanesa Martín y de los gritos que ella no logra contener y caen ahí exhaustos, satisfechos, felices. El infierno puede ser el paraíso de un ángel caído si se encuentra en su camino con el demonio correcto.

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PAZ

Necesito PAZ
la paz que me da respirar profundo
sin sentir que el corazón me duele.
La que me da dormir a tu lado,
abrazada a tu espalda,
dejando un rastro de besos ocasionales ahí,
entre mis sueños.
Necesito la paz que me da
sentir tu pecho desnudo,
el calor de tu cuerpo,
la flacidez de tu cetro,
todo tú,
desde mi espalda,
hasta más allá de su final,
pegado a mí,
y buscándome mientras duermes.
Necesito la paz que emerge de mis manos
acariciando tu espalda
ancha,
hermosa,
oscura
y apetitosa,
de mis palmas apretando
y recorriendo las porciones superiores a tus muslos,
firmes,
cálidas
y del tamaño exacto
para que la fuerza de empuje
sea la que mi cuerpo exige.
Me hace falta la paz que me da acariciar tus labios del color de tu almendra,
ver como te los humedeces
y como te los lames.
Me urge la paz que me daría
acariciar la suavidad de tu rostro,
tus brazos fuertes,
tus manos,
mientras duermes.
Quiero la paz que me daría
tener nuestros dedos
entrelazados,
llenando todos mi espacios,
fundiéndose con los míos.
Necesito la paz que se viene después del Big Bang,
de tu corazón desacelerado
cuando hayas sido
totalmente mío.
Me hace falta la paz de sentir tu voz susurrando locuras en mi oído, diciéndome que soy tuya
y que eres completamente mío
y la de escucharte decir
mi nombre entre gemidos.
Necesito la paz de verte caminar en mi mismo sentido
y aunque sea para irme,
saber que siempre volveré
porque quieres y necesitas estar conmigo.
La de poder besarte siempre,
que tu lengua y la mía se entrelacen,
se acaricien,
se humedezcan sin límites,
que tengas que tragar porque temas
que nuestras salivas inunden nuestros confines.
La de llegar a sentir que tu oscuridad me ilumine.
Y aunque poco te conozco
quiero que sepas que muero por dominarte
y porque llegue el momento en que mi cuerpo te adivine.
Quiero sentir la paz de saber
que lo que me dices
no es lo que quiero escuchar
sino lo que realmente sientes,
la de ver nuestros cuerpos
entrelazados en el espejo
y saber q estas ahí porque quieres.
la que me daría verte sonreír
y saber que estas feliz por mí.
la que me daría que aceptaras
Y que me dejaras cuidar de ti.
La que siento al verte dormir,
amaneciendo a mi lado
en mi cama, o en la tuya.
La de darte el beso de buenos días
La de sentirte mío,
La de enjabonarte y secarte, entre caricias.
La de sentir tus besos en mi espalda mientras duermes.
Muero por sentir la paz que me daría poder decir y creerme que eres mío
y que al menos me quisieras
Y me dejaras quererte.

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Quería comerte,
masticarte,
tragarte,
digerirte,
que tu esencia se mezclara con mi torrente sanguíneo
y llegara a cada célula de mi cuerpo
pero sin que quedara ni rastro en mi corazón.
Quería devorarte
sin enamorarme
y acabé vencida,
doblegada,
enamorada hasta las trancas
y ahora muero cada día
o mejor dicho,
matas mi amor
y de paso
también acabas mi vida.

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MI PLANETA EN TU GALAXIA

Él era una galaxia infinita.
Su cuerpo y su hermosa sonrisa
eran como constelaciones que del universo pendían.
Ella, el planeta Tierra, lloraba sin control.
Las lágrimas le brotaban cual río crecido de tanta tristeza que sentía.
Se descubría amando cada detalle de su ser
y no podía entender
que él no le correspondía.
Él anhelaba otro cielo,
distante
y eso a la Tierra el corazón le movía.
Él soñaba con otra galaxia lejana,
muy apartada de la vía láctea
y la Tierra,
aun estando dentro de él,
sentía que no le pertenecía,
se sentía pequeña,
insignificante
y hasta vacía.
Él era tan bello
que a ella solo quererlo se le ocurría.
Ella amaba el titilar de sus estrellas cuando con lujuria lo lamía,
sus planetas inhabitados,
inexplorados
y deseosos de ser conquistados.
Adoraba el polvo cósmico
que con frecuencia indeterminada
a la Tierra le caía,
La enloquecía su materia oscura aun cuando no reflejaba su luz
y le drenaba la energía. 
Añoraba hasta la gravedad que lo unía todo en una estructura indefinida.
Su rostro tan hermoso,
la suavidad de sus mejillas,
sus cejas superpobladas,
su barba,
sus labios tan perfectos
y el color de su piel la derretían.
Ella quería adentrarse en un agujero negro
y perderse dentro
Por siempre
para dejar de sufrir porque el amor le dolía
tan profundo
y tan hondo
que prefería desaparecer
que seguir muriendo en vida.

2024/09/28 22:22:40
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