#Arte #Poesía #CésarVallejo
LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
César Vallejo
@SonataLife
LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
César Vallejo
@SonataLife
#Arte #Poesía #MaríaMonvel
RENOVACIÓN
Amor único mío,
de mi vida, amor bueno,
que haces de nuevo cándida mi alma,
mi cuerpo virgen y mis labios nuevos.
Maravillosa esponja
de mis dolientes desengaños, fueron,
buen amor, el dulzor de tus palabras,
piadoso amor, la esencia de tus besos.
Milagro de milagros.
que logras el renuevo
en el cristal obscuro de mis ojos
y en los claros cristales de mi pecho.
Fanal que alumbraste
el perdido sendero
cuando más extraviada mi amargura
huía del dolor y hallaba el tedio.
Busqué con afán tanto,
que encontré al fin mi premio,
mi buen amor, que transformaste en soles
las taciturnas sombras de mis duelos ...
De mi vida, amor último
de mi alma, amor primero,
me apego a tu dulzura,
en tus brazos me estrecho,
y así no tengo miedo de la vida,
así no tengo miedo !.
María Monvel
@SonataLife
RENOVACIÓN
Amor único mío,
de mi vida, amor bueno,
que haces de nuevo cándida mi alma,
mi cuerpo virgen y mis labios nuevos.
Maravillosa esponja
de mis dolientes desengaños, fueron,
buen amor, el dulzor de tus palabras,
piadoso amor, la esencia de tus besos.
Milagro de milagros.
que logras el renuevo
en el cristal obscuro de mis ojos
y en los claros cristales de mi pecho.
Fanal que alumbraste
el perdido sendero
cuando más extraviada mi amargura
huía del dolor y hallaba el tedio.
Busqué con afán tanto,
que encontré al fin mi premio,
mi buen amor, que transformaste en soles
las taciturnas sombras de mis duelos ...
De mi vida, amor último
de mi alma, amor primero,
me apego a tu dulzura,
en tus brazos me estrecho,
y así no tengo miedo de la vida,
así no tengo miedo !.
María Monvel
@SonataLife
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#Sinfonía45 #Haydn #ConradVanAlphen
La Sinfonía n.º 45 en fa sostenido menor, Hoboken I/45, conocida como Sinfonía de los adioses, es una sinfonía del austríaco Joseph Haydn, compuesta en 1772.
Fue escrita para el patrón de Haydn, el príncipe Nikolaus Esterházy, durante una estancia en la que Haydn y la corte de músicos permanecieron en el palacio de verano, en Eszterháza. La estancia fue más larga de lo esperado y los músicos en su mayoría fueron obligados a mover a sus mujeres en casa, en Eisenstadt, por lo que en el último movimiento de la sinfonía, Haydn instó sutilmente a su patrón a dejarles volver a casa. Durante el adagio final cada músico deja de tocar, apaga la vela de su atril y se va en orden, dejando al final solo dos violines tocados con sordina (tocados por el propio Haydn y el concertino, Alois Luigi Tomasini).
La sinfonía consta de cuatro movimientos:
🎵 Allegro assai, 3/4
🎵 Adagio, 3/8
🎵 Menuet: Allegretto, 3/4
🎵 Finale: Presto, 2/2 - Adagio, 3/8
El primer movimiento de la obra es un episodio turbulento en fa sostenido menor, una tonalidad extremadamente inusual para usar en esa parte de la obra. Comienza a la manera típica del periodo Sturm und Drang de Haydn, con arpegios menores descendentes en los primeros violines junto con notas sincopadas en los segundos violines y acordes mantenidos en los vientos. El movimiento sigue la forma sonata, pero se desvía del modelo común en varias ocasiones. Aparte de estas desviaciones de la norma, el primer movimiento es "bastante difícil de ser percibido como revolucionario" y "no es tan intrépido, al contener un desarrollo que solo se aventura a los niveles de IV, II♭ y VI, además de la mediante y la tónica".
El segundo movimiento, lento en la mayor y en compás de 3/8 también está escrito en forma sonata. Comienza con una relajante melodía tocada por violines con sordina, representando un motivo que "tiene hipo". El ambiente gradualmente se vuelve más sombrío y meditabundo con la alternancia entre modos mayores y menores, asemejándose a pasajes de las últimas obras de Schubert. A continuación siguen una serie de suspensiones disonantes mantenidas durante varios compases, que son extendidas hasta una gran duración por Haydn mientras que el mismo material aparece en la recapitulación. James Webster siente la música como programática, expresando el añoro del hogar.
El siguiente minueto está en la tonalidad de fa sostenido mayor; su principal peculiaridad es que la cadencia final de cada sección está construida de manera que suena muy débil, creando una sensación de incompletitud.
El último movimiento empieza como es característico en Haydn, como un final rápido y en 2/2, escrito en forma sonata y en la tonalidad de la obra: fa sostenido menor. La intensidad rítmica se incrementa mediante el uso de bariolage al unísono en la parte del primer violín. La música finalmente alcanza el final de la recapitulación en un pasaje que suena como si la sinfonía acabara, pero de repente es interrumpida por una cadencia rota.
A continuación sigue una larga coda, como si de un segundo movimiento lento se tratara, que es extremadamente inusual en sinfonías clásicas y probablemente sonaría muy sorprendente para el Príncipe. Está escrito en compás de 3/8 y modula de la mayor a fa sostenido mayor, momento en el que los músicos van abandonando sus puestos. El final es una especie de anticlímax deliberado y se suele interpretar en un suave pianissimo.
Este adagio final incluye una curiosidad que no todo oyente es capaz de percibir al oír una grabación: varios músicos tienen solos pequeños justo antes de marcharse. El orden de salida es: primer oboe y segunda trompa (con solos), fagot (sin solo), segundo oboe y primera trompa (con solos), contrabajos (solo), violonchelos (sin solo), violines orquestales (con solos; músicos de primera silla no tocan), viola (sin solo). Los violines de primera silla se quedan para completar la obra.
@ClasicaAlAtardecer
La Sinfonía n.º 45 en fa sostenido menor, Hoboken I/45, conocida como Sinfonía de los adioses, es una sinfonía del austríaco Joseph Haydn, compuesta en 1772.
Fue escrita para el patrón de Haydn, el príncipe Nikolaus Esterházy, durante una estancia en la que Haydn y la corte de músicos permanecieron en el palacio de verano, en Eszterháza. La estancia fue más larga de lo esperado y los músicos en su mayoría fueron obligados a mover a sus mujeres en casa, en Eisenstadt, por lo que en el último movimiento de la sinfonía, Haydn instó sutilmente a su patrón a dejarles volver a casa. Durante el adagio final cada músico deja de tocar, apaga la vela de su atril y se va en orden, dejando al final solo dos violines tocados con sordina (tocados por el propio Haydn y el concertino, Alois Luigi Tomasini).
La sinfonía consta de cuatro movimientos:
🎵 Allegro assai, 3/4
🎵 Adagio, 3/8
🎵 Menuet: Allegretto, 3/4
🎵 Finale: Presto, 2/2 - Adagio, 3/8
El primer movimiento de la obra es un episodio turbulento en fa sostenido menor, una tonalidad extremadamente inusual para usar en esa parte de la obra. Comienza a la manera típica del periodo Sturm und Drang de Haydn, con arpegios menores descendentes en los primeros violines junto con notas sincopadas en los segundos violines y acordes mantenidos en los vientos. El movimiento sigue la forma sonata, pero se desvía del modelo común en varias ocasiones. Aparte de estas desviaciones de la norma, el primer movimiento es "bastante difícil de ser percibido como revolucionario" y "no es tan intrépido, al contener un desarrollo que solo se aventura a los niveles de IV, II♭ y VI, además de la mediante y la tónica".
El segundo movimiento, lento en la mayor y en compás de 3/8 también está escrito en forma sonata. Comienza con una relajante melodía tocada por violines con sordina, representando un motivo que "tiene hipo". El ambiente gradualmente se vuelve más sombrío y meditabundo con la alternancia entre modos mayores y menores, asemejándose a pasajes de las últimas obras de Schubert. A continuación siguen una serie de suspensiones disonantes mantenidas durante varios compases, que son extendidas hasta una gran duración por Haydn mientras que el mismo material aparece en la recapitulación. James Webster siente la música como programática, expresando el añoro del hogar.
El siguiente minueto está en la tonalidad de fa sostenido mayor; su principal peculiaridad es que la cadencia final de cada sección está construida de manera que suena muy débil, creando una sensación de incompletitud.
El último movimiento empieza como es característico en Haydn, como un final rápido y en 2/2, escrito en forma sonata y en la tonalidad de la obra: fa sostenido menor. La intensidad rítmica se incrementa mediante el uso de bariolage al unísono en la parte del primer violín. La música finalmente alcanza el final de la recapitulación en un pasaje que suena como si la sinfonía acabara, pero de repente es interrumpida por una cadencia rota.
A continuación sigue una larga coda, como si de un segundo movimiento lento se tratara, que es extremadamente inusual en sinfonías clásicas y probablemente sonaría muy sorprendente para el Príncipe. Está escrito en compás de 3/8 y modula de la mayor a fa sostenido mayor, momento en el que los músicos van abandonando sus puestos. El final es una especie de anticlímax deliberado y se suele interpretar en un suave pianissimo.
Este adagio final incluye una curiosidad que no todo oyente es capaz de percibir al oír una grabación: varios músicos tienen solos pequeños justo antes de marcharse. El orden de salida es: primer oboe y segunda trompa (con solos), fagot (sin solo), segundo oboe y primera trompa (con solos), contrabajos (solo), violonchelos (sin solo), violines orquestales (con solos; músicos de primera silla no tocan), viola (sin solo). Los violines de primera silla se quedan para completar la obra.
@ClasicaAlAtardecer
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#Sinfonía45 #Haydn #ConradVanAlphen
Título: La Sinfonía n.º45 en Fa Sostenido
Autor: Franz Joseph Haydn
Movimientos:
🎵 Allegro assai, 3/4
🎵 Adagio, 3/8
🎵 Menuet: Allegretto, 3/4
🎵 Finale: Presto, 2/2 - Adagio, 3/8
Interpretación:
Sinfonia Rotterdam
Director:
Conrad Van Alphen
@ClasicaAlAtardecer
Título: La Sinfonía n.º45 en Fa Sostenido
Autor: Franz Joseph Haydn
Movimientos:
🎵 Allegro assai, 3/4
🎵 Adagio, 3/8
🎵 Menuet: Allegretto, 3/4
🎵 Finale: Presto, 2/2 - Adagio, 3/8
Interpretación:
Sinfonia Rotterdam
Director:
Conrad Van Alphen
Fuente:
🎼@ClasicaAlAtardecer
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#Filosofía
LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA
Un Recorrido por las Corrientes y Escuelas Filosóficas durante el Período Helenístico
@SonataLife
LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA
Un Recorrido por las Corrientes y Escuelas Filosóficas durante el Período Helenístico
Fuente:
🏛@SonataLife