Ofreciéndonos nosotros mismos
En el pasaje de hoy (Marcos 6: 35-36), la posición en la que encontramos a los discípulos es muy similar a la que muchos de nosotros nos enfrentamos en nuestro caminar con Jesús el día de hoy.
Agotados por las exigencias de seguir a Jesús y servir a los demás, los discípulos querían un descanso. Y luego, su breve receso se ve interrumpido por la reunión de una gran multitud que, sin duda, tenía muchas demandas.
Mientras la tarde caía, los discípulos están alarmados de que la multitud no muestre signos de retirarse, aunque el lugar esté desolado y no haya comida. Su impulso es pedirle a Jesús que los envíe de vuelta a sus casas, ya que no habría más por hacer.
A menudo queremos hacer lo mismo con aquellos cuyas necesidades están más allá de nuestras capacidades. Nuestra tendencia es enfocarnos en los problemas en lugar de las posibilidades. Igual que los discípulos, tendemos a llevar el problema a Jesús para que lo solucione, en lugar de preguntarle cómo podríamos trabajar juntos. Muchas de nuestras oraciones son como la solicitud de los discípulos: Jesús, por favor ¡quita esta responsabilidad de nuestras manos!
Reflexiona:
Sin la fidelidad de Dios, batallaríamos diariamente para obtener nuestro sustento, sin esperanza de que las cosas mejoren. Pero la Palabra de Dios ha sido plantada en los corazones de aquellos que creen, y nos ha dado el deseo de trabajar juntos para ver Su poder transformador.
Los discípulos ciertamente tenían recursos limitados, pero Jesús los multiplicó para alimentar a una gran multitud. ¿Qué recursos tienes, que Dios pueda multiplicar y usar para la bendición de tu comunidad? Estos pueden no ser necesariamente recursos materiales; tambien pueden ser tus habilidades o tu tiempo.
En el pasaje de hoy (Marcos 6: 35-36), la posición en la que encontramos a los discípulos es muy similar a la que muchos de nosotros nos enfrentamos en nuestro caminar con Jesús el día de hoy.
Agotados por las exigencias de seguir a Jesús y servir a los demás, los discípulos querían un descanso. Y luego, su breve receso se ve interrumpido por la reunión de una gran multitud que, sin duda, tenía muchas demandas.
Mientras la tarde caía, los discípulos están alarmados de que la multitud no muestre signos de retirarse, aunque el lugar esté desolado y no haya comida. Su impulso es pedirle a Jesús que los envíe de vuelta a sus casas, ya que no habría más por hacer.
A menudo queremos hacer lo mismo con aquellos cuyas necesidades están más allá de nuestras capacidades. Nuestra tendencia es enfocarnos en los problemas en lugar de las posibilidades. Igual que los discípulos, tendemos a llevar el problema a Jesús para que lo solucione, en lugar de preguntarle cómo podríamos trabajar juntos. Muchas de nuestras oraciones son como la solicitud de los discípulos: Jesús, por favor ¡quita esta responsabilidad de nuestras manos!
Reflexiona:
Sin la fidelidad de Dios, batallaríamos diariamente para obtener nuestro sustento, sin esperanza de que las cosas mejoren. Pero la Palabra de Dios ha sido plantada en los corazones de aquellos que creen, y nos ha dado el deseo de trabajar juntos para ver Su poder transformador.
Los discípulos ciertamente tenían recursos limitados, pero Jesús los multiplicó para alimentar a una gran multitud. ¿Qué recursos tienes, que Dios pueda multiplicar y usar para la bendición de tu comunidad? Estos pueden no ser necesariamente recursos materiales; tambien pueden ser tus habilidades o tu tiempo.
Involucrarse
La Voluntad de Dios
Es común escuchar que el Señor tiene un plan para nosotros —y este es bueno. Se insta a buscarlo, adoptarlo y vivirlo. Incluso se dice que es la clave para nuestro futuro. Pero ¿qué es? Aunque al parecer necesitamos conocer la voluntad de Dios, a menudo la idea misma suscita más preguntas que respuestas.
Sea cual sea tu opinión sobre la voluntad de Dios, suele parecer grandiosa e inalcanzable ¿no crees? A lo largo de mis años en el ministerio he escuchado a varias personas decir lo frustradas que están en su vida cristiana que estoy convencido que hay una razón fundamental: No entienden la naturaleza de la voluntad de Dios, ni saben como encontrarla. Y cuando no entiendes estas dos cosas puedes sentirte inseguro y desorientado en tu caminar con Dios.
Quizá eso fue lo que despertó tu interés en este plan de lectura. Tal vez deseas honrar a tu Salvador y no apartarte de lo que Él prevé para tu vida. Pero en general eso no es lo que conduce a la gente a buscar la voluntad de Dios. A menudo son preguntas sobre el futuro, decisiones que tomar y/o desafíos que aparentan no tener solución lo que nos pone de rodillas ante el Padre.
A medida que avanzamos en la búsqueda por comprender la naturaleza de la voluntad de Dios y cómo encontrarla, debemos recordar una verdad importante—Nuestro Dios es planificador. No un reactor. No puso en marcha este mundo para ser gobernado por casualidad o por fuerzas salvajes e incontrolables. Y no te creó para vivir sin esperanza ni propósito. Desde antes del inicio de los tiempos, Dios ha estado haciendo planes para ti y para mí. Creó este mundo con variedad de paisajes, colores, animales, plantas, comida, olores y texturas… y pensó en satisfacer todas nuestras necesidades, despertar nuestra imaginación, fascinar nuestra mente y alegrarnos el alma.
También está atento a las grandes e impactantes circunstancias de tu vida. Y vigilante al mas mínimo detalle. Le importan las decisiones, instrucciones, problemas, cargas y conflictos que te preocupan.
Aunque el proceso de buscar y vivir la voluntad de Dios puede a veces no ser fácil, siempre vale la pena. Cuando escuchamos al Padre y seguimos Su voluntad para nuestra vida, obtenemos lo mejor de Él. Así de simple. Y experimentaremos el mayor gozo y plenitud imaginables porque viviremos el motivo mismo por el que fuimos creados.
Así que ¿estás listo para aprender más sobre la voluntad de Dios e ir en busca de Su plan supremo para tu vida? Comencemos.
La Voluntad de Dios
Es común escuchar que el Señor tiene un plan para nosotros —y este es bueno. Se insta a buscarlo, adoptarlo y vivirlo. Incluso se dice que es la clave para nuestro futuro. Pero ¿qué es? Aunque al parecer necesitamos conocer la voluntad de Dios, a menudo la idea misma suscita más preguntas que respuestas.
Sea cual sea tu opinión sobre la voluntad de Dios, suele parecer grandiosa e inalcanzable ¿no crees? A lo largo de mis años en el ministerio he escuchado a varias personas decir lo frustradas que están en su vida cristiana que estoy convencido que hay una razón fundamental: No entienden la naturaleza de la voluntad de Dios, ni saben como encontrarla. Y cuando no entiendes estas dos cosas puedes sentirte inseguro y desorientado en tu caminar con Dios.
Quizá eso fue lo que despertó tu interés en este plan de lectura. Tal vez deseas honrar a tu Salvador y no apartarte de lo que Él prevé para tu vida. Pero en general eso no es lo que conduce a la gente a buscar la voluntad de Dios. A menudo son preguntas sobre el futuro, decisiones que tomar y/o desafíos que aparentan no tener solución lo que nos pone de rodillas ante el Padre.
A medida que avanzamos en la búsqueda por comprender la naturaleza de la voluntad de Dios y cómo encontrarla, debemos recordar una verdad importante—Nuestro Dios es planificador. No un reactor. No puso en marcha este mundo para ser gobernado por casualidad o por fuerzas salvajes e incontrolables. Y no te creó para vivir sin esperanza ni propósito. Desde antes del inicio de los tiempos, Dios ha estado haciendo planes para ti y para mí. Creó este mundo con variedad de paisajes, colores, animales, plantas, comida, olores y texturas… y pensó en satisfacer todas nuestras necesidades, despertar nuestra imaginación, fascinar nuestra mente y alegrarnos el alma.
También está atento a las grandes e impactantes circunstancias de tu vida. Y vigilante al mas mínimo detalle. Le importan las decisiones, instrucciones, problemas, cargas y conflictos que te preocupan.
Aunque el proceso de buscar y vivir la voluntad de Dios puede a veces no ser fácil, siempre vale la pena. Cuando escuchamos al Padre y seguimos Su voluntad para nuestra vida, obtenemos lo mejor de Él. Así de simple. Y experimentaremos el mayor gozo y plenitud imaginables porque viviremos el motivo mismo por el que fuimos creados.
Así que ¿estás listo para aprender más sobre la voluntad de Dios e ir en busca de Su plan supremo para tu vida? Comencemos.
La voluntad de Dios: el panorama general
En Romanos 12:2, la palabra de Dios promete: “No te conformes con este mundo, sino sé transformado por la renovación de tu mente, para que puedas probar cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno agradable y perfecto.”
De acuerdo a este versículo en Romanos, la voluntad de Dios es buena, aceptable, y perfecta. No hay absolutamente ninguna indicación aquí de que el plan del Señor para ti sea insoportable, algo que odiarás o algo que arruinará tu vida. Por el contrario, lo que el Padre imagina para ti es "bueno, agradable y perfecto.” estas tres palabras deberían llenarnos a todos de paz y confianza.
Echemos un vistazo más profundo a ellos.
Primero, La voluntad de Dios es buena. El plan del Señor es moralmente honorable, excelente, y beneficioso para usted. Puede que no parezca ser así al principio. Pero debemos recordar que Dios promete hacer que todas las cosas trabajen para nuestro bien (Rom. 8:28). El Padre es muy cuidadoso con lo que permite tocar nuestras vidas. ¿Por qué? Simplemente porque Él mismo es bueno. El Salmo 145:9 afirma que “el Señor es bueno con todos .”
Segundo, El plan del Señor para ti es agradable. Le agrada a Dios pero también te satisface. El Señor te recibe en base a lo que Jesúus hizo en la cruz. Una vez que has recibido a Cristo como tu Salvador, eres aceptado ante el Padre para siempre. Y debido a la presencia de el Espíritu Santo en ti y la palabra de Dios como tu guía, puedes vivir de una manera agradable al Señor. De hecho, Filipenses 2:13 afirma, “Es Dios quien está trabajando en ti, tanto para querer como para trabajar por Su buena voluntad.” El Padre te enseña a caminar pacientemente con Él—guiandote por el camino. Entonces, no solo es posible vivir de una manera aceptable ante Él, sino que Dios se compromete a ayudarlo a ahacerlo.
Finalmente, La voluntad de Dios para ti es perfecta. Cuando leemos la palabra “perfecta,” podemos sentirnos intimidados por los pensamientos de tener que mantener un caminar perfecto con el Señor. pero eso no es lo que se pretende aquí. La palabra griega
La palabra de Dios te promete que la voluntad del Señor es buena, agradable y perfecta. ¿Quién no querría servir a un Dios tan amoroso y lleno de cuidado? Hoy, descansa en la seguridad de que su buena voluntad, agradable y perfecta no solo está a tu alcance, sino que también se ha comprometido a resolverlo en tu vida mientras confías en Él
En Romanos 12:2, la palabra de Dios promete: “No te conformes con este mundo, sino sé transformado por la renovación de tu mente, para que puedas probar cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno agradable y perfecto.”
De acuerdo a este versículo en Romanos, la voluntad de Dios es buena, aceptable, y perfecta. No hay absolutamente ninguna indicación aquí de que el plan del Señor para ti sea insoportable, algo que odiarás o algo que arruinará tu vida. Por el contrario, lo que el Padre imagina para ti es "bueno, agradable y perfecto.” estas tres palabras deberían llenarnos a todos de paz y confianza.
Echemos un vistazo más profundo a ellos.
Primero, La voluntad de Dios es buena. El plan del Señor es moralmente honorable, excelente, y beneficioso para usted. Puede que no parezca ser así al principio. Pero debemos recordar que Dios promete hacer que todas las cosas trabajen para nuestro bien (Rom. 8:28). El Padre es muy cuidadoso con lo que permite tocar nuestras vidas. ¿Por qué? Simplemente porque Él mismo es bueno. El Salmo 145:9 afirma que “el Señor es bueno con todos .”
Segundo, El plan del Señor para ti es agradable. Le agrada a Dios pero también te satisface. El Señor te recibe en base a lo que Jesúus hizo en la cruz. Una vez que has recibido a Cristo como tu Salvador, eres aceptado ante el Padre para siempre. Y debido a la presencia de el Espíritu Santo en ti y la palabra de Dios como tu guía, puedes vivir de una manera agradable al Señor. De hecho, Filipenses 2:13 afirma, “Es Dios quien está trabajando en ti, tanto para querer como para trabajar por Su buena voluntad.” El Padre te enseña a caminar pacientemente con Él—guiandote por el camino. Entonces, no solo es posible vivir de una manera aceptable ante Él, sino que Dios se compromete a ayudarlo a ahacerlo.
Finalmente, La voluntad de Dios para ti es perfecta. Cuando leemos la palabra “perfecta,” podemos sentirnos intimidados por los pensamientos de tener que mantener un caminar perfecto con el Señor. pero eso no es lo que se pretende aquí. La palabra griega
teleios que se traduce “terminado; llevado a la madurez; habilitado para alcanzar la meta; no necesita nada para completar.” Amigo, el Padre no tiene esquemas a medias, especialmente cuando se trata de tu vida. Puede que no conozcas el plan completo … pero Él sí. Él sabe “el fin desde el principio” (Isa. 46:10), y puede y lo llevará a su completa realización.La palabra de Dios te promete que la voluntad del Señor es buena, agradable y perfecta. ¿Quién no querría servir a un Dios tan amoroso y lleno de cuidado? Hoy, descansa en la seguridad de que su buena voluntad, agradable y perfecta no solo está a tu alcance, sino que también se ha comprometido a resolverlo en tu vida mientras confías en Él
Soberanía de Dios y nuestro Libre Albedrío
Al considerar la voluntad de Dios, algunas de las preguntas que me hacen frecuentemente tienen que ver con la inevitabilidad. ¿Se cumplirá siempre el plan del Señor? ¿Podemos estropearlo? ¿Tenemos una opción en lo que nuestras vidas pueden ser? ¿Cuánto del plan de Dios nos impondrá activamente y cuánto podremos elegir por nosotros mismos?
Estas son algunas de las preguntas que todos enfrentamos cuando buscamos la voluntad de Dios, especialmente en términos de las decisiones que son importantes para nosotros. Para entender mejor la soberanía del Señor y nuestro libre albedrío, necesitamos echar un vistazo a dos aspectos principales del plan del Señor: lo que Él ha determinado sucederá y lo que Él desea que suceda.
La voluntad de Dios determinada (soberana) es lo que se hará absolutamente... Sus planes inevitables, inmutables, decididos y completos que le traerán gran alabanza y gloria. Debemos entender que Dios no hace este tipo de planes exclusivamente para eventos mundiales o naciones. Él también hace tales planes para ti y para mí (Salmo 139:16). En Efesios 2:10, la Biblia revela que "somos obra suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas". El Señor nos prepara activamente a cada uno de nosotros para ciertas tareas y nos da dones únicos con los cuales podemos hacer un impacto en este mundo para Él (1 Cor. 12:7).
La voluntad de Dios deseada (permisiva) es donde tú y yo vivimos cada día. Dios nos da opciones para que podamos ejercer nuestro libre albedrío obedeciéndole. También lo hace para probar nuestros corazones, para ver si realmente lo reconocemos como nuestro Dios. Su voluntad deseada es su implicación personal en nuestra vida diaria y su dirección en nuestras decisiones. Por lo tanto, mientras que la voluntad determinada del Señor es inevitable e impredecible aparte de lo que se revela en Su Palabra, la voluntad deseada del Padre para tu vida es conocible en las circunstancias que experimentas. Y requiere que tomes una decisión sobre quién es Él para ti.
Lo más importante que debes recordar es que Dios está totalmente involucrado en todo su plan. Si estás buscando a Dios y tienes un corazón para hacer su voluntad, se te promete que Él te mostrará lo que tienes que hacer. El mismo Jesús dijo: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá" (Mateo 7:7-8). Como vuestro Padre celestial, Dios quiere que pidas, busques, y llames para que Él pueda dar, revelar, abrir, y proveer lo que es bueno para vosotros (Mat. 7:11).
Así que incluso cuando no tienes claro qué elección hacer, si por cualquier razón Él mantiene oculta su voluntad, puedes consolarte en el hecho de que, "es Dios quien obra en ti, tanto el querer como el hacer por su buena voluntad" (Fil. 2:13). El Señor asume la responsabilidad de dirigirte a través de la niebla. Él moverá el cielo y la tierra para mostrarte Su voluntad en Su tiempo... y en los días siguientes, miraremos más de cerca lo que eso significa y las muchas maneras en que lo hace.
Al considerar la voluntad de Dios, algunas de las preguntas que me hacen frecuentemente tienen que ver con la inevitabilidad. ¿Se cumplirá siempre el plan del Señor? ¿Podemos estropearlo? ¿Tenemos una opción en lo que nuestras vidas pueden ser? ¿Cuánto del plan de Dios nos impondrá activamente y cuánto podremos elegir por nosotros mismos?
Estas son algunas de las preguntas que todos enfrentamos cuando buscamos la voluntad de Dios, especialmente en términos de las decisiones que son importantes para nosotros. Para entender mejor la soberanía del Señor y nuestro libre albedrío, necesitamos echar un vistazo a dos aspectos principales del plan del Señor: lo que Él ha determinado sucederá y lo que Él desea que suceda.
La voluntad de Dios determinada (soberana) es lo que se hará absolutamente... Sus planes inevitables, inmutables, decididos y completos que le traerán gran alabanza y gloria. Debemos entender que Dios no hace este tipo de planes exclusivamente para eventos mundiales o naciones. Él también hace tales planes para ti y para mí (Salmo 139:16). En Efesios 2:10, la Biblia revela que "somos obra suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas". El Señor nos prepara activamente a cada uno de nosotros para ciertas tareas y nos da dones únicos con los cuales podemos hacer un impacto en este mundo para Él (1 Cor. 12:7).
La voluntad de Dios deseada (permisiva) es donde tú y yo vivimos cada día. Dios nos da opciones para que podamos ejercer nuestro libre albedrío obedeciéndole. También lo hace para probar nuestros corazones, para ver si realmente lo reconocemos como nuestro Dios. Su voluntad deseada es su implicación personal en nuestra vida diaria y su dirección en nuestras decisiones. Por lo tanto, mientras que la voluntad determinada del Señor es inevitable e impredecible aparte de lo que se revela en Su Palabra, la voluntad deseada del Padre para tu vida es conocible en las circunstancias que experimentas. Y requiere que tomes una decisión sobre quién es Él para ti.
Lo más importante que debes recordar es que Dios está totalmente involucrado en todo su plan. Si estás buscando a Dios y tienes un corazón para hacer su voluntad, se te promete que Él te mostrará lo que tienes que hacer. El mismo Jesús dijo: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá" (Mateo 7:7-8). Como vuestro Padre celestial, Dios quiere que pidas, busques, y llames para que Él pueda dar, revelar, abrir, y proveer lo que es bueno para vosotros (Mat. 7:11).
Así que incluso cuando no tienes claro qué elección hacer, si por cualquier razón Él mantiene oculta su voluntad, puedes consolarte en el hecho de que, "es Dios quien obra en ti, tanto el querer como el hacer por su buena voluntad" (Fil. 2:13). El Señor asume la responsabilidad de dirigirte a través de la niebla. Él moverá el cielo y la tierra para mostrarte Su voluntad en Su tiempo... y en los días siguientes, miraremos más de cerca lo que eso significa y las muchas maneras en que lo hace.
Dios te mostrará su voluntad
En orden para que puedas participar voluntariamente en el plan de Dios, debes saber de qué se trata. Y debes confiar y creer que Él te mostrará su plan cuando lo busques. Así que tome la decisión ahora mismo de creer este simple hecho—tu Salvador quiere que conozcas Su voluntad para que puedas caminar en ella.
¿Como sé esto?
Primero, porque es el carácter de Dios revelarte Su voluntad . Si el Señor quiere que vivas de cierta manera y tomes decisiones específicaas, entonces Él debe asumir la responsabilidad de enseñarte lo correcto. Él entiende que el camino puede volverse confuso y que a menudo las elecciones que enfrenta son difíciles y complejas. Pero como un Padre bueno y fiel quien ve lo que viene, está más que dispuesto a ayudarlo, y lo dice muchas veces en Su Palabra. En Salmo 32:8, Él te asegura, “Te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir; Te aconsejaré con mi ojo en ti.” Por eso lees acerca de personas como David orando,“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; deja que tu buen espíritu me guíe en terreno llano” (Sal. 143:10). David sabía que era (y sigue siendo) el carácter del Señor que quiere que sepamos cuál es su voluntad para que podamos caminar en ella (1 Crón. 16:8–12).
Segundo, Dios promete mostrarnos su voluntad. Santiago 1:5 proclama, “Si alguno de ustedes carece de sabiduría, que le pida a Dios, que se lo da a todos generosamente y sin reproche, y se le dará a éI.” Del mismo modo, Proverbios 28:5 afirma, “Losque buscan al Señor entienden todas las cosas.” De hecho, a lo largo de la Biblia, encontrará numerosas promesas que el Padre le ha dado para revelarle sus planes.
Entonces, a partir de este momento en su caminar con Él, no deje que haya dudas: Puedes estar absolutamente seguro de que el Señor te mostrará su voluntad. y si surgen dudas, descanse en la afirmación del Salmo 16:11:
“Me darás a conocer el camino de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu mano derecha hay placeres para siempre.”
En orden para que puedas participar voluntariamente en el plan de Dios, debes saber de qué se trata. Y debes confiar y creer que Él te mostrará su plan cuando lo busques. Así que tome la decisión ahora mismo de creer este simple hecho—tu Salvador quiere que conozcas Su voluntad para que puedas caminar en ella.
¿Como sé esto?
Primero, porque es el carácter de Dios revelarte Su voluntad . Si el Señor quiere que vivas de cierta manera y tomes decisiones específicaas, entonces Él debe asumir la responsabilidad de enseñarte lo correcto. Él entiende que el camino puede volverse confuso y que a menudo las elecciones que enfrenta son difíciles y complejas. Pero como un Padre bueno y fiel quien ve lo que viene, está más que dispuesto a ayudarlo, y lo dice muchas veces en Su Palabra. En Salmo 32:8, Él te asegura, “Te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir; Te aconsejaré con mi ojo en ti.” Por eso lees acerca de personas como David orando,“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; deja que tu buen espíritu me guíe en terreno llano” (Sal. 143:10). David sabía que era (y sigue siendo) el carácter del Señor que quiere que sepamos cuál es su voluntad para que podamos caminar en ella (1 Crón. 16:8–12).
Segundo, Dios promete mostrarnos su voluntad. Santiago 1:5 proclama, “Si alguno de ustedes carece de sabiduría, que le pida a Dios, que se lo da a todos generosamente y sin reproche, y se le dará a éI.” Del mismo modo, Proverbios 28:5 afirma, “Losque buscan al Señor entienden todas las cosas.” De hecho, a lo largo de la Biblia, encontrará numerosas promesas que el Padre le ha dado para revelarle sus planes.
Entonces, a partir de este momento en su caminar con Él, no deje que haya dudas: Puedes estar absolutamente seguro de que el Señor te mostrará su voluntad. y si surgen dudas, descanse en la afirmación del Salmo 16:11:
“Me darás a conocer el camino de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu mano derecha hay placeres para siempre.”
Forwarded from Dr. Smith blog (Dr. Smith .)
Este jueves estaremos compartiendo la #PalabraDeDios en las calles de nuestra ciudad. Ora por nosotros, que Dios use nuestra boca para mostrar su gracia.
8 formas de descubrir la voluntad de Dios
A medida que continuamos en nuestra búsqueda por comprender y perseguir la voluntad suprema de Dios para nuestras vidas, las siguientes son ocho maneras en que el Padre nos ayuda a descubrir su voluntad y los planes que tiene para nosotros.
Comunión con Dios a través de las escrituras — A través de su palabra, Dios nos enseña cómo debería ser la vida cristiana como la forma en que debemos vivir como sus hijos, y cómo evitar las trampas de la vida (2 Tim. 3:16-17). En otras palabras, la Biblia nos enseña que el Padre desea que nosotros hagamos y nos ayuda a lograrlo. Es su libro de instrucciones para vivir. Y nunca nos guiará ni nos dirá nada que contradiga lo que ha escrito en su Palabra.
Circunstancias de la vida — Dios nos habla a través de las circunstancias de la vida—Donde el nos pone, las situaciones en las que nos encontramos y personas que nos rodea. Él continuamente está trabajando en nuestras vidas momento por momento para dirigirnos en su voluntad y lograrlo a través de nosotros (Rom. 8:28).
Consejo — Dios habla a través del consejo piadoso de otros creyentes. A veces necesitamos ayuda de otros cristianos para saber qué hacer en áreas a las que nos estamos acostumbrando. Es por esto que las escrituras nos amonestan a enseñarnos unos a otros con amor, buena conciencia y una fe sincera (1 Tim. 1:5).
Conciencia — Otro factor para discernir la voluntad de Dios es a través de nuestra conciencia, que es nuestra voz interior que actúa como un filtro moral. Es la alarma que suena dentro de nosotros cuando estamos tentados a hacer algo que no está bien o cuando nos dirigimos en la dirección equivocada (Rom. 2:14-15).
Sentido común — El creyente controlado por el Espíritu de Dios debe usar su mente y sentido común al discernir la voluntad de Dios (Tito 2:11–12)
Compulsión — El Señor nos da el fuerte deseo o el impuso de hacer Su voluntad de acuerdo con los impulsos de Su Espíritu Santo (Fil. 2:13).
Contentamiento — Discernimos la voluntad de Dios a travé del contentamiento o tranquilidad que sentimos cuando procedemos en una acción. Cuando trabajes contra el Señor, sentirás una fricción espiritual que te hará sentir incomodo; cuando estés en el centro de la voluntad de Dios, sentirás paz con Él (Fil. 4:7).
Comunicación con Dios a través de la oración — Al llevar nuestras preguntas y preocupaciones a Dios en oración, Él promete dar sentido a lo que estamos experimentando y nos ayudará a entender cómo desea que procedamos (Salmo. 119:105).
Dios está desplegando continuamente sus recursos en nuestro nombre. Él es quien usa todas las formas mencionadas anteriormente para mostrar su maravillosa voluntad para nuestras vidas.
Ten cuidado de perderte la voluntad del Padre o de malinterpretar lo que está tratando de decir. Él puede hablar con usted claramente y lo capacitará para que haga lo que le pida.
Todo lo que tienes que hacer es asegurarte de prestar atención, escuchar y luego obedecer.
A medida que continuamos en nuestra búsqueda por comprender y perseguir la voluntad suprema de Dios para nuestras vidas, las siguientes son ocho maneras en que el Padre nos ayuda a descubrir su voluntad y los planes que tiene para nosotros.
Comunión con Dios a través de las escrituras — A través de su palabra, Dios nos enseña cómo debería ser la vida cristiana como la forma en que debemos vivir como sus hijos, y cómo evitar las trampas de la vida (2 Tim. 3:16-17). En otras palabras, la Biblia nos enseña que el Padre desea que nosotros hagamos y nos ayuda a lograrlo. Es su libro de instrucciones para vivir. Y nunca nos guiará ni nos dirá nada que contradiga lo que ha escrito en su Palabra.
Circunstancias de la vida — Dios nos habla a través de las circunstancias de la vida—Donde el nos pone, las situaciones en las que nos encontramos y personas que nos rodea. Él continuamente está trabajando en nuestras vidas momento por momento para dirigirnos en su voluntad y lograrlo a través de nosotros (Rom. 8:28).
Consejo — Dios habla a través del consejo piadoso de otros creyentes. A veces necesitamos ayuda de otros cristianos para saber qué hacer en áreas a las que nos estamos acostumbrando. Es por esto que las escrituras nos amonestan a enseñarnos unos a otros con amor, buena conciencia y una fe sincera (1 Tim. 1:5).
Conciencia — Otro factor para discernir la voluntad de Dios es a través de nuestra conciencia, que es nuestra voz interior que actúa como un filtro moral. Es la alarma que suena dentro de nosotros cuando estamos tentados a hacer algo que no está bien o cuando nos dirigimos en la dirección equivocada (Rom. 2:14-15).
Sentido común — El creyente controlado por el Espíritu de Dios debe usar su mente y sentido común al discernir la voluntad de Dios (Tito 2:11–12)
Compulsión — El Señor nos da el fuerte deseo o el impuso de hacer Su voluntad de acuerdo con los impulsos de Su Espíritu Santo (Fil. 2:13).
Contentamiento — Discernimos la voluntad de Dios a travé del contentamiento o tranquilidad que sentimos cuando procedemos en una acción. Cuando trabajes contra el Señor, sentirás una fricción espiritual que te hará sentir incomodo; cuando estés en el centro de la voluntad de Dios, sentirás paz con Él (Fil. 4:7).
Comunicación con Dios a través de la oración — Al llevar nuestras preguntas y preocupaciones a Dios en oración, Él promete dar sentido a lo que estamos experimentando y nos ayudará a entender cómo desea que procedamos (Salmo. 119:105).
Dios está desplegando continuamente sus recursos en nuestro nombre. Él es quien usa todas las formas mencionadas anteriormente para mostrar su maravillosa voluntad para nuestras vidas.
Ten cuidado de perderte la voluntad del Padre o de malinterpretar lo que está tratando de decir. Él puede hablar con usted claramente y lo capacitará para que haga lo que le pida.
Todo lo que tienes que hacer es asegurarte de prestar atención, escuchar y luego obedecer.
Esta noche estaremos compartiendo el Evangelio en la ciudad. Tómate un tiempo para #orar por nosotros. Hay cosas que sólo #Dios puede hacer, oremos juntos para que Él transforme los corazones.
#OracionEficaz
#OracionEficaz