La Oración y el Ayuno
Por Danny Saavedra
“Cuando ayunen . . .”—Matthew 6: 16 (NVI)
¿Alguna vez has tenido hambre y te sientes enojado a la vez? Como nota interesante para aquellos que no están familiarizados, en inglés existe la palabra “hangry” que ahora está oficialmente en el diccionario, se define como una persona que se vuelve "de mal genio o irritable como resultado del hambre". Estoy seguro de que sabe exactamente de qué estoy hablando. Cuando somos bebés, lloramos cuando tenemos hambre, cuando somos niños, hacemos rabietas y nos volvemos difíciles, incluso cuando somos adultos, el hambre a menudo nos hace perder nuestra mente siempre amorosa. Nos volvemos irritables, irracionales y nos enfadamos con facilidad. Incluso hay una gran serie de comerciales de chocolates Snickers sobre cómo "no eres tú cuando tienes hambre".
Lamentablemente, creo que todos podemos admitir que la mayor parte del tiempo dedicamos mucho más tiempo y energía a saciar nuestra hambre física mientras que a menudo matamos de hambre nuestra hambre espiritual. Planificamos nuestras vidas y nuestros días en torno a las comidas que vamos a comer y los restaurantes a los que vamos a visitar; incluso hablamos de diferentes alimentos mientras comemos (¿o solo soy yo el que hace eso?). Y, sin embargo, la idea de consumir el pan de vida a través de la Palabra y beber en la presencia de Dios en oración es a menudo un pensamiento posterior, un inconveniente o simplemente un elemento de una lista de verificación que luchamos por tachar. Y luego nos preguntamos por qué tantas personas en el mundo "desarrollado", incluidos los creyentes, caminan con el estómago lleno, pero con el alma hambrienta.
Es por eso por lo que Jesús nos dio la práctica de ayunar no como un "si" sino como un "cuándo". No es una herramienta que tengamos en nuestro cinturón para un "por si acaso" o en el peor de los casos, sino una disciplina con la que se espera que nos deleitemos con regularidad. Ahora, sé que mi uso del banquete en relación con el ayuno puede parecer contradictorio, pero eso realmente depende de la forma en que entiendas la razón y los resultados del ayuno. Miren, el ayuno es la práctica de concentrarse en alimentar nuestro espíritu y alma con la única sustancia que realmente satisface. . . más de Dios. Intento pensar en el ayuno como ir a mi restaurante de carnes brasileño favorito y probar algunos bistecs de carne increíbles, experimentar cada bocado, saborear realmente el sabor y salir con esta satisfacción indescriptible. Pero en este caso, no es solo una satisfacción que dura hasta mi próxima comida, porque en el ayuno podemos experimentar un gran avance que cambia nuestras vidas de manera profunda.
Al ayunar, abandonamos la comida física con el propósito de enfocar intensamente nuestra atención, nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestras esperanzas y nuestras necesidades hacia Dios en oración. Existe este vínculo innegable y verdaderamente poderoso entre el ayuno y la oración; caminan juntos de la mano. John Piper una vez llamó al ayuno “la sierva hambrienta de la oración” que revela y remedia. “Ella revela el dominio de la comida sobre nosotros, o la televisión o las computadoras o lo que sea a lo que nos sometemos una y otra vez para ocultar la debilidad de nuestra hambre de Dios. Y ella remedia intensificando la seriedad de nuestra oración y diciendo con todo nuestro cuerpo lo que la oración dice con el corazón: anhelo estar satisfecho solo en Dios”.
Amigos, hagan que el ayuno sea una parte regular de su rutina de oración. No simplemente porque es un mandamiento de Jesús (aunque eso SIEMPRE es suficiente como para hacer cualquier cosa) sino también por la razón por la que es un mandato; porque en el ayuno, posicionamos a nuestros espíritus para que disfruten del pan de vida, caminen en el fruto del Espíritu y experimenten en mayor medida el amor y afecto del Padre. Empieza pequeño . . . ¡Empieza con una comida! Salta el desayuno o el almuerzo y pasa ese tiempo en oración y en la Palabra, en silencio ante el Padre.
Por Danny Saavedra
“Cuando ayunen . . .”—Matthew 6: 16 (NVI)
¿Alguna vez has tenido hambre y te sientes enojado a la vez? Como nota interesante para aquellos que no están familiarizados, en inglés existe la palabra “hangry” que ahora está oficialmente en el diccionario, se define como una persona que se vuelve "de mal genio o irritable como resultado del hambre". Estoy seguro de que sabe exactamente de qué estoy hablando. Cuando somos bebés, lloramos cuando tenemos hambre, cuando somos niños, hacemos rabietas y nos volvemos difíciles, incluso cuando somos adultos, el hambre a menudo nos hace perder nuestra mente siempre amorosa. Nos volvemos irritables, irracionales y nos enfadamos con facilidad. Incluso hay una gran serie de comerciales de chocolates Snickers sobre cómo "no eres tú cuando tienes hambre".
Lamentablemente, creo que todos podemos admitir que la mayor parte del tiempo dedicamos mucho más tiempo y energía a saciar nuestra hambre física mientras que a menudo matamos de hambre nuestra hambre espiritual. Planificamos nuestras vidas y nuestros días en torno a las comidas que vamos a comer y los restaurantes a los que vamos a visitar; incluso hablamos de diferentes alimentos mientras comemos (¿o solo soy yo el que hace eso?). Y, sin embargo, la idea de consumir el pan de vida a través de la Palabra y beber en la presencia de Dios en oración es a menudo un pensamiento posterior, un inconveniente o simplemente un elemento de una lista de verificación que luchamos por tachar. Y luego nos preguntamos por qué tantas personas en el mundo "desarrollado", incluidos los creyentes, caminan con el estómago lleno, pero con el alma hambrienta.
Es por eso por lo que Jesús nos dio la práctica de ayunar no como un "si" sino como un "cuándo". No es una herramienta que tengamos en nuestro cinturón para un "por si acaso" o en el peor de los casos, sino una disciplina con la que se espera que nos deleitemos con regularidad. Ahora, sé que mi uso del banquete en relación con el ayuno puede parecer contradictorio, pero eso realmente depende de la forma en que entiendas la razón y los resultados del ayuno. Miren, el ayuno es la práctica de concentrarse en alimentar nuestro espíritu y alma con la única sustancia que realmente satisface. . . más de Dios. Intento pensar en el ayuno como ir a mi restaurante de carnes brasileño favorito y probar algunos bistecs de carne increíbles, experimentar cada bocado, saborear realmente el sabor y salir con esta satisfacción indescriptible. Pero en este caso, no es solo una satisfacción que dura hasta mi próxima comida, porque en el ayuno podemos experimentar un gran avance que cambia nuestras vidas de manera profunda.
Al ayunar, abandonamos la comida física con el propósito de enfocar intensamente nuestra atención, nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestras esperanzas y nuestras necesidades hacia Dios en oración. Existe este vínculo innegable y verdaderamente poderoso entre el ayuno y la oración; caminan juntos de la mano. John Piper una vez llamó al ayuno “la sierva hambrienta de la oración” que revela y remedia. “Ella revela el dominio de la comida sobre nosotros, o la televisión o las computadoras o lo que sea a lo que nos sometemos una y otra vez para ocultar la debilidad de nuestra hambre de Dios. Y ella remedia intensificando la seriedad de nuestra oración y diciendo con todo nuestro cuerpo lo que la oración dice con el corazón: anhelo estar satisfecho solo en Dios”.
Amigos, hagan que el ayuno sea una parte regular de su rutina de oración. No simplemente porque es un mandamiento de Jesús (aunque eso SIEMPRE es suficiente como para hacer cualquier cosa) sino también por la razón por la que es un mandato; porque en el ayuno, posicionamos a nuestros espíritus para que disfruten del pan de vida, caminen en el fruto del Espíritu y experimenten en mayor medida el amor y afecto del Padre. Empieza pequeño . . . ¡Empieza con una comida! Salta el desayuno o el almuerzo y pasa ese tiempo en oración y en la Palabra, en silencio ante el Padre.
Reemplaza ver televisión en la noche de cualquier programa que te tenga atrapado en Netflix y en su lugar busca satisfacer su espíritu en Aquel que es suprema y totalmente satisfactorio. Planifica tu ayuno como planificas tus comidas. Te aseguro que la saciedad que obtendrás de estos momentos será mucho mejor que la mejor comida que hayas comido.
Forwarded from Dr. Smith blog (Dr. Smith .)
El método profético de los Salmos es muy especial, ya que David comienza a cantar las aflicciones de su propio corazón, pero por la operación del Espíritu Santo halla que sus sentimientos y experiencias son sublimados y llevados a un plano superior a lo meramente humano, constituyendo entonces una profecía, no ya de los acontecimientos futuros, sino de los sentimientos del Mesías. El salmo 22 citado por Jesús en la cruz, es un ejemplo que nos llena de adoración reverencial.
5 verdades importantes:
1. La vida es corta
2. El pecado tiene consecuencias
3. La muerte es segura
4. El infierno no tiene salidas
5. Solo Jesús salva
Romanos 6:23 - “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
1. La vida es corta
2. El pecado tiene consecuencias
3. La muerte es segura
4. El infierno no tiene salidas
5. Solo Jesús salva
Romanos 6:23 - “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
La Oración y Llevar En un Diario
Por Samantha Rodriguez
“Que se escriba esto para las generaciones futuras, y que el pueblo que será creado alabe al Señor.”—Salmo 102:18 (NVI)
En mis 18 años de vida, llevar un diario ha jugado un papel muy importante en mi fe. ¡Lo que comenzó como el diario de un niño de 10 años se convirtió en una documentación tangible de mi viaje personal con Cristo!
Mi oración como estudiante de secundaria comenzó así: "Dios, ayúdame a superar mis inseguridades para que pueda cumplir Tu plan para mi vida". Años después, mi fe ha crecido y ahora suena así: "Quiero que mi fe en ti crezca tanto que no tenga miedo de lo que piensen los demás. ¡Quiero dedicarme sin restricciones a Ti!"
Cuando mis oraciones por la ayuda de Dios para mantener mi corazón puro fueron respondidas, mi conciencia de la batalla espiritual que nos rodeaba se intensificó. Sin embargo, incluso en medio de esto, oré: “Esta batalla es más que solo la escuela secundaria y los grupos de amigos; es una guerra espiritual que en última instancia se reduce a vivir para Dios o vivir para el mundo. Esta batalla puede ser algo cotidiano, pero sé que estás luchando por mí y en Ti yo tengo la victoria".
Cuando reviso estas oraciones crudas y detalladas, ¡el Señor las usa para recordarme varias verdades! El escritor inglés Samuel Johnson dijo una vez: "Las personas necesitan que se les recuerde más a menudo de lo que necesitan recibir instrucciones". Cuando nos tomamos el tiempo para documentar los mensajes de la verdad de Dios para nosotros, creamos otra herramienta para el crecimiento espiritual. De la misma manera, Dios le dijo a Jeremías que escribiera Sus palabras en Jeremías 30 para que Su pueblo pudiera recordar sus promesas en el futuro lejano (Jeremías 30: 2).
Aunque la Biblia no habla explícitamente sobre el diario, hay un entendimiento implícito con respecto al poder y el valor de escribir nuestras oraciones y experiencias. Cuando nos tomamos el tiempo para escribir, nos forzamos a reflexionar sobre la condición de nuestra alma y lo que Dios puede estar moldeando en nosotros. Consideremos lo que se nos dice de María, la madre de Cristo, que “atesoró todas estas cosas y las ponderó en su corazón” (Lucas 2:19). Considere la práctica de Abraham, Isaac, Jacob, Josué y los israelitas de construir altares y monumentos de piedra como hitos para recordar lo que Dios había hecho por ellos. Considere los días santos (días festivos) del pueblo judío, que celebraba festivales y contaba historias de la fidelidad de Dios en Egipto (Pascua), durante la revolución macabea y la re-dedicación del templo (Hanukkah), y en innumerables otros casos. El objetivo de todo esto es recordar lo que Dios había dicho y hecho, cómo había trabajado, lo que reveló y cómo cambió el corazón y la vida de las personas. Llevar un diario nos permite ver nuestro progreso, recordar su fidelidad, recordar quiénes éramos, cómo nos sentimos y ver dónde nos ha llevado.
Por último, al igual que el salmista proclama en las Escrituras de hoy, Dios también puede usar nuestro diario para llegar a otros. Nuestras experiencias, nuestros pensamientos y nuestras emociones están entretejidos en la mayoría de nuestras oraciones. Ya sea que se trate de “una generación futura” o simplemente de un familiar, amigo o alguien a quien usted está guiando o discipulando, ¡el Señor puede usar bondadosamente nuestras palabras escritas, nuestras revelaciones a través de las Escrituras y nuestras oraciones más profundas y honestas para inspirar y atraer otros más cerca de Él! Es lo que hace que los Salmos sean tan poderosos, profundos, relevantes y atemporales.
Al concluir este plan, nuestra esperanza es que no sólo saldremos con una mayor comprensión del valor de la oración y de su necesidad en sus diversas formas, Pero que también podamos ser intencionales en actuar y vivir de acuerdo con este conocimiento mientras perseguimos sin descanso el verdadero premio y propósito de la oración y de la vida cristiana en su conjunto . . . ¡Dios mismo!
Por Samantha Rodriguez
“Que se escriba esto para las generaciones futuras, y que el pueblo que será creado alabe al Señor.”—Salmo 102:18 (NVI)
En mis 18 años de vida, llevar un diario ha jugado un papel muy importante en mi fe. ¡Lo que comenzó como el diario de un niño de 10 años se convirtió en una documentación tangible de mi viaje personal con Cristo!
Mi oración como estudiante de secundaria comenzó así: "Dios, ayúdame a superar mis inseguridades para que pueda cumplir Tu plan para mi vida". Años después, mi fe ha crecido y ahora suena así: "Quiero que mi fe en ti crezca tanto que no tenga miedo de lo que piensen los demás. ¡Quiero dedicarme sin restricciones a Ti!"
Cuando mis oraciones por la ayuda de Dios para mantener mi corazón puro fueron respondidas, mi conciencia de la batalla espiritual que nos rodeaba se intensificó. Sin embargo, incluso en medio de esto, oré: “Esta batalla es más que solo la escuela secundaria y los grupos de amigos; es una guerra espiritual que en última instancia se reduce a vivir para Dios o vivir para el mundo. Esta batalla puede ser algo cotidiano, pero sé que estás luchando por mí y en Ti yo tengo la victoria".
Cuando reviso estas oraciones crudas y detalladas, ¡el Señor las usa para recordarme varias verdades! El escritor inglés Samuel Johnson dijo una vez: "Las personas necesitan que se les recuerde más a menudo de lo que necesitan recibir instrucciones". Cuando nos tomamos el tiempo para documentar los mensajes de la verdad de Dios para nosotros, creamos otra herramienta para el crecimiento espiritual. De la misma manera, Dios le dijo a Jeremías que escribiera Sus palabras en Jeremías 30 para que Su pueblo pudiera recordar sus promesas en el futuro lejano (Jeremías 30: 2).
Aunque la Biblia no habla explícitamente sobre el diario, hay un entendimiento implícito con respecto al poder y el valor de escribir nuestras oraciones y experiencias. Cuando nos tomamos el tiempo para escribir, nos forzamos a reflexionar sobre la condición de nuestra alma y lo que Dios puede estar moldeando en nosotros. Consideremos lo que se nos dice de María, la madre de Cristo, que “atesoró todas estas cosas y las ponderó en su corazón” (Lucas 2:19). Considere la práctica de Abraham, Isaac, Jacob, Josué y los israelitas de construir altares y monumentos de piedra como hitos para recordar lo que Dios había hecho por ellos. Considere los días santos (días festivos) del pueblo judío, que celebraba festivales y contaba historias de la fidelidad de Dios en Egipto (Pascua), durante la revolución macabea y la re-dedicación del templo (Hanukkah), y en innumerables otros casos. El objetivo de todo esto es recordar lo que Dios había dicho y hecho, cómo había trabajado, lo que reveló y cómo cambió el corazón y la vida de las personas. Llevar un diario nos permite ver nuestro progreso, recordar su fidelidad, recordar quiénes éramos, cómo nos sentimos y ver dónde nos ha llevado.
Por último, al igual que el salmista proclama en las Escrituras de hoy, Dios también puede usar nuestro diario para llegar a otros. Nuestras experiencias, nuestros pensamientos y nuestras emociones están entretejidos en la mayoría de nuestras oraciones. Ya sea que se trate de “una generación futura” o simplemente de un familiar, amigo o alguien a quien usted está guiando o discipulando, ¡el Señor puede usar bondadosamente nuestras palabras escritas, nuestras revelaciones a través de las Escrituras y nuestras oraciones más profundas y honestas para inspirar y atraer otros más cerca de Él! Es lo que hace que los Salmos sean tan poderosos, profundos, relevantes y atemporales.
Al concluir este plan, nuestra esperanza es que no sólo saldremos con una mayor comprensión del valor de la oración y de su necesidad en sus diversas formas, Pero que también podamos ser intencionales en actuar y vivir de acuerdo con este conocimiento mientras perseguimos sin descanso el verdadero premio y propósito de la oración y de la vida cristiana en su conjunto . . . ¡Dios mismo!
Al leer el libro de lamentaciones es imposible no sentir tu corazón llorar junto con el profeta. Jeremías era testigo de la desolación de Israel encarnada en la destrucción de Jerusalén, todo estaba reducido a cenizas, el templo derribado, del palacio solo quedaba el polvo pero más allá de eso el pueblo había sido masacrado y llevado en cautiverio.
Esta horrible situación había llevado a Jeremías a lamentarse con dolor profundo anunciando que estaba descorazonado y sin esperanza "Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová."Lam 3:18.
Hoy pudiéramos identificarnos con su dolor, cuantas veces no nos encontramos en situaciones como estas que nos hacen clamar desesperados y abatidos. Tu vida hoy puede estar como esa Jerusalén destruida y con todo su esplendor apagado y agotado. Dañados por las consecuencias del pecado podemos estar hoy sobre la pila de escombros de nuestra vida.
Pero que hacer entonces? Jeremías trajo a su memoria la verdad de Dios, ante la duda, ante el dolor, ante las pruebas y la destrucción nada es tan seguro como recordar la verdad de Dios. Jeremías cambió la óptica con la que miraba todo y comenzó a mirarlo desde la perspectiva de la gracia de Dios y su misericordia.
Jeremías se recordó a sí mismo las promesas de restauracion Dios y la esperanza del retorno del pueblo a su tierra, eso le permitió entonces entender el propósito del juicio de Dios y en Él hallar consuelo y gracia.
Esa enseñanza "cristiana" de declarar a todo grito que Dios te quiere hacer rico, poderoso, famoso, líder, influyente y admirado, en realidad me suena más a lo que Satanás le propuso a Jesús en el desierto.
El Evangelio debe ser esencialmente proclamado, es una verdad para ser creída por eso no debemos confundir predicar el Evangelio con amar a las personas y llevarles bondad.
Esto no quita que parte del anuncio del Evangelio sea hacer el bien y luchar por la justicia y atender las necesidades físicas de los que no pueden hacerlo por sí mismos. Hay un componente social en el Evangelio, pero esto no debe sacarnos de la perspectiva de que este ante todo es una verdad que debe ser proclamada.
Sí das comida al hambriento pero no le hablas de la realidad de su pecado y la necesidad de un salvador, sólo lo estarás enviando al infierno con la barriga llena.
Hagamos el bien a todos, luchemos por la justicia, atendamos a la viuda y al huérfano pero anunciemosles las buenas nuevas de Jesucristo, no hay forma más maravillosa de amar que compartir las buenas noticias de esperanza que trae Jesús
@Kadosh_joven
Esto no quita que parte del anuncio del Evangelio sea hacer el bien y luchar por la justicia y atender las necesidades físicas de los que no pueden hacerlo por sí mismos. Hay un componente social en el Evangelio, pero esto no debe sacarnos de la perspectiva de que este ante todo es una verdad que debe ser proclamada.
Sí das comida al hambriento pero no le hablas de la realidad de su pecado y la necesidad de un salvador, sólo lo estarás enviando al infierno con la barriga llena.
Hagamos el bien a todos, luchemos por la justicia, atendamos a la viuda y al huérfano pero anunciemosles las buenas nuevas de Jesucristo, no hay forma más maravillosa de amar que compartir las buenas noticias de esperanza que trae Jesús
@Kadosh_joven
Forwarded from Encuestas Cristianas (✝️🟦🟥 Freeman 🤜🤛🏿)
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¿Cuál será la interpretación adecuada para la frase “no toques al ungido del Señor…”?
Uno de los pasajes más conocidos es aquel en que David, siendo presionado por sus hombres para aprovechar la oportunidad de matar a Saúl en la cueva, dijo: “El Señor me guarde de que yo haga tal cosa a mi señor, es decir, que yo extienda La mano contra él [Saúl], pues es el ungido del Señor “(1 Sam 24.6).
En otra ocasión, David impidió con el mismo argumento que Abisai, su hombre de confianza, matase a Saúl, que dormía tranquilamente al relento: “¿No lo mates, pues quien habrá que extienda la mano contra el ungido del Señor y quede inocente?” (1 Sam 25.9).
David respetaba de tal manera a Saúl, como ungido del Señor, que no perdonó al hombre que lo mató: “¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?” (2 Sam. 2. 14).
Esta resistencia de David a matar a Saúl por ser el ungido del Señor ha sido interpretada por muchos evangélicos como un principio bíblico referente a los pastores y líderes a ser observados en nuestros días en las iglesias cristianas.
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¿Cuál será la interpretación adecuada para la frase “no toques al ungido del Señor…”?
Uno de los pasajes más conocidos es aquel en que David, siendo presionado por sus hombres para aprovechar la oportunidad de matar a Saúl en la cueva, dijo: “El Señor me guarde de que yo haga tal cosa a mi señor, es decir, que yo extienda La mano contra él [Saúl], pues es el ungido del Señor “(1 Sam 24.6).
En otra ocasión, David impidió con el mismo argumento que Abisai, su hombre de confianza, matase a Saúl, que dormía tranquilamente al relento: “¿No lo mates, pues quien habrá que extienda la mano contra el ungido del Señor y quede inocente?” (1 Sam 25.9).
David respetaba de tal manera a Saúl, como ungido del Señor, que no perdonó al hombre que lo mató: “¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?” (2 Sam. 2. 14).
Esta resistencia de David a matar a Saúl por ser el ungido del Señor ha sido interpretada por muchos evangélicos como un principio bíblico referente a los pastores y líderes a ser observados en nuestros días en las iglesias cristianas.
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