Hola, quisiera compartir con usted el texto del 7 de mayo del calendario
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🌱🥜
Domingo 7 Mayo
Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados.
2 Corintios 5:19
Nuestro Salvador Jesucristo… quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.
2 Timoteo 1:10
La necesidad de un Salvador
La complejidad extraordinaria del cuerpo humano muestra la inteligencia del Creador que lo formó.
Dios creó a los seres humanos, los ama y quiere tener comunicación con ellos.
Sin embargo, esta obra prodigiosa, notable demostración de lo que es la vida, está destinada a morir un día.
La Palabra de Dios lo declara, la sentencia de muerte pesa sobre el ser humano desde que desobedeció a su Creador y así el pecado entró en el mundo (Romanos 5:12).
Debido al pecado, ¿la única perspectiva para el hombre será entonces la muerte? ¡No! Es cierto que el pecado creó una separación entre Dios y el hombre (Isaías 59:2), pero “Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9).
Era necesario que Jesús muriese para borrar nuestros pecados y darnos una vida nueva, eterna. Jesús permitió, pues, que lo clavasen en la cruz.
Y el Padre recibe con amor a todo aquel que por la fe acepta esa salvación perfecta, ofrecida gratuitamente. ¿Comprendemos el valor que nuestra vida tiene para Dios? Es infinito: no hay amor más grande que dar su vida por los que amamos (Juan 15:13).
Arrepentirse reconociendo que somos pecadores ante Dios, y aceptar el sacrificio de Jesús por nosotros, es suficiente para obtener el perdón y la vida eterna.
“¿Quiero yo la muerte del impío? dice el Señor.
¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? Echad de vosotros todas vuestras transgresiones… y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo” (Ezequiel 18:23, 31).
Lectura:📖✍
1 Reyes 6 – Marcos 8:22-38 – Salmo 54 – Proverbios 15:1-2
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🌱🥜
Domingo 7 Mayo
Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados.
2 Corintios 5:19
Nuestro Salvador Jesucristo… quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.
2 Timoteo 1:10
La necesidad de un Salvador
La complejidad extraordinaria del cuerpo humano muestra la inteligencia del Creador que lo formó.
Dios creó a los seres humanos, los ama y quiere tener comunicación con ellos.
Sin embargo, esta obra prodigiosa, notable demostración de lo que es la vida, está destinada a morir un día.
La Palabra de Dios lo declara, la sentencia de muerte pesa sobre el ser humano desde que desobedeció a su Creador y así el pecado entró en el mundo (Romanos 5:12).
Debido al pecado, ¿la única perspectiva para el hombre será entonces la muerte? ¡No! Es cierto que el pecado creó una separación entre Dios y el hombre (Isaías 59:2), pero “Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9).
Era necesario que Jesús muriese para borrar nuestros pecados y darnos una vida nueva, eterna. Jesús permitió, pues, que lo clavasen en la cruz.
Y el Padre recibe con amor a todo aquel que por la fe acepta esa salvación perfecta, ofrecida gratuitamente. ¿Comprendemos el valor que nuestra vida tiene para Dios? Es infinito: no hay amor más grande que dar su vida por los que amamos (Juan 15:13).
Arrepentirse reconociendo que somos pecadores ante Dios, y aceptar el sacrificio de Jesús por nosotros, es suficiente para obtener el perdón y la vida eterna.
“¿Quiero yo la muerte del impío? dice el Señor.
¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? Echad de vosotros todas vuestras transgresiones… y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo” (Ezequiel 18:23, 31).
Lectura:📖✍
1 Reyes 6 – Marcos 8:22-38 – Salmo 54 – Proverbios 15:1-2
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:32
Versículo del día 📖✝
Hola, quisiera compartir con usted el texto del 8 de mayo del calendario
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Lunes 8 Mayo
El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos.
Proverbios 16:9
Espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.
1 Samuel 9:27
Dios me buscaba
Testimonio
Era un joven peluquero e iba a mi trabajo en bicicleta.
Una mañana iba demasiado rápido, tomé mal una curva y caí fuertemente.
Fui llevado al hospital, a la misma habitación donde se hallaba uno de mis vecinos, un cristiano paralizado a raíz de un accidente.
Mi vecino me dijo: «Fernando, lo que te falta es un Salvador personal.
¡Tienes que creer en el Señor Jesús!».
Esto me molestó, e incluso me irritó en el momento.
¡Yo estaba totalmente seguro de mí mismo y de mi importancia!
Pero Dios velaba sobre mí.
Me sentí movido a abrir una Biblia que había recibido como regalo de cumpleaños.
Leí: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados” (1 Juan 1:9).
Además del pecado, debía confesar, sobre todo, la superficialidad de mi manera de vivir (1 Pedro 1:18).
¡El amor divino fue más fuerte! Días después me rendí y me arrodillé ante Dios llorando, confesando mi culpabilidad e invocando su perdón: ¡pasé por el nuevo nacimiento! Al recibir a Cristo como Salvador, ¡nací una segunda vez a los dieciocho años!
Algunos años más tarde Dios me mostró que quería que dejara mi trabajo para predicar su Palabra. Con las fuerzas que me da para seguir y servir a mi divino Maestro, trato de mantener siempre la mirada fija en él, mi único modelo. Jesucristo siempre ha sido fiel y lo será hasta el fin.
¡Su gracia me basta, con tal que se haga su voluntad!.
Fernando
Lectura:📖✍
1 Reyes 7:1-22 – Marcos 9:1-29 – Salmo 55:1-7 – Proverbios 15:3-4
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Lunes 8 Mayo
El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos.
Proverbios 16:9
Espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.
1 Samuel 9:27
Dios me buscaba
Testimonio
Era un joven peluquero e iba a mi trabajo en bicicleta.
Una mañana iba demasiado rápido, tomé mal una curva y caí fuertemente.
Fui llevado al hospital, a la misma habitación donde se hallaba uno de mis vecinos, un cristiano paralizado a raíz de un accidente.
Mi vecino me dijo: «Fernando, lo que te falta es un Salvador personal.
¡Tienes que creer en el Señor Jesús!».
Esto me molestó, e incluso me irritó en el momento.
¡Yo estaba totalmente seguro de mí mismo y de mi importancia!
Pero Dios velaba sobre mí.
Me sentí movido a abrir una Biblia que había recibido como regalo de cumpleaños.
Leí: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados” (1 Juan 1:9).
Además del pecado, debía confesar, sobre todo, la superficialidad de mi manera de vivir (1 Pedro 1:18).
¡El amor divino fue más fuerte! Días después me rendí y me arrodillé ante Dios llorando, confesando mi culpabilidad e invocando su perdón: ¡pasé por el nuevo nacimiento! Al recibir a Cristo como Salvador, ¡nací una segunda vez a los dieciocho años!
Algunos años más tarde Dios me mostró que quería que dejara mi trabajo para predicar su Palabra. Con las fuerzas que me da para seguir y servir a mi divino Maestro, trato de mantener siempre la mirada fija en él, mi único modelo. Jesucristo siempre ha sido fiel y lo será hasta el fin.
¡Su gracia me basta, con tal que se haga su voluntad!.
Fernando
Lectura:📖✍
1 Reyes 7:1-22 – Marcos 9:1-29 – Salmo 55:1-7 – Proverbios 15:3-4
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23
Versículo del día 📖✝
Hola, quisiera compartir con usted el texto del 9 de mayo del calendario
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Martes 9 Mayo
Tenemos por bienaventurados a los que sufren.
Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Santiago 5:11
¿Hastiado de la vida?
La Biblia nos cuenta la historia de Job, un creyente rico y feliz, pero que perdió todo en muy poco tiempo: sus bienes, sus hijos, la salud… Abrumado por tantas desgracias, Job declaró: “Está mi alma hastiada de mi vida; daré libre curso a mi queja…” (Job 10:1). Si atravesásemos las mismas pruebas, seguramente también estaríamos desanimados.
En tales circunstancias, a menudo la primera reacción es acusar a Dios.
Job, quien al principio soportó todo de manera ejemplar (Job 2:10), terminó diciendo: “Te has vuelto cruel para mí; con el poder de tu mano me persigues” (Job 30:21). Deseaba comprender por qué le habían sobrevenido tantos sufrimientos.
Se consideraba como alguien de bien, que había hecho lo mejor para agradar a Dios.
“¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, como con su prójimo!” (Job 16:21).
Durante mucho tiempo Job esperó la respuesta de Dios, y esto puso a prueba su paciencia.
Pero Dios tenía un plan para bendecir a Job, así como tiene uno para cada uno de nosotros.
Podemos estar seguros de que Dios siempre quiere bendecir a su criatura: “Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres” (Lamentaciones 3:32-33).
Contrario a las apariencias, fue el corazón de Dios, lleno de amor por Job, el que permitió tales dificultades, pues Dios sabía que eso llevaría a Job a hacer progresos esenciales en su vida espiritual. Pero, sobre todo, entraría en una relación mucho más estrecha con Dios.
Lectura:📖✍
1 Reyes 7:23-51 – Marcos 9:30-50 – Salmo 55:8-15 – Proverbios 15:5-6
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Martes 9 Mayo
Tenemos por bienaventurados a los que sufren.
Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Santiago 5:11
¿Hastiado de la vida?
La Biblia nos cuenta la historia de Job, un creyente rico y feliz, pero que perdió todo en muy poco tiempo: sus bienes, sus hijos, la salud… Abrumado por tantas desgracias, Job declaró: “Está mi alma hastiada de mi vida; daré libre curso a mi queja…” (Job 10:1). Si atravesásemos las mismas pruebas, seguramente también estaríamos desanimados.
En tales circunstancias, a menudo la primera reacción es acusar a Dios.
Job, quien al principio soportó todo de manera ejemplar (Job 2:10), terminó diciendo: “Te has vuelto cruel para mí; con el poder de tu mano me persigues” (Job 30:21). Deseaba comprender por qué le habían sobrevenido tantos sufrimientos.
Se consideraba como alguien de bien, que había hecho lo mejor para agradar a Dios.
“¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, como con su prójimo!” (Job 16:21).
Durante mucho tiempo Job esperó la respuesta de Dios, y esto puso a prueba su paciencia.
Pero Dios tenía un plan para bendecir a Job, así como tiene uno para cada uno de nosotros.
Podemos estar seguros de que Dios siempre quiere bendecir a su criatura: “Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres” (Lamentaciones 3:32-33).
Contrario a las apariencias, fue el corazón de Dios, lleno de amor por Job, el que permitió tales dificultades, pues Dios sabía que eso llevaría a Job a hacer progresos esenciales en su vida espiritual. Pero, sobre todo, entraría en una relación mucho más estrecha con Dios.
Lectura:📖✍
1 Reyes 7:23-51 – Marcos 9:30-50 – Salmo 55:8-15 – Proverbios 15:5-6
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9
Versículo del día 📖✝
Hola, quisiera compartir con usted el texto del 10 de mayo del calendario
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Miércoles 10 Mayo
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Eclesiastés 3:1
Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Hebreos 10:36
El tiempo de Dios y el nuestro
Raramente el tiempo de Dios corresponde al nuestro.
A menudo estamos afanados, mientras Dios nunca tiene prisa.
En la vida del Señor Jesús aquí en la tierra nunca vemos un momento de agitación o de retraso.
Él era el Señor del tiempo y servía perfectamente a su Padre.
¡Qué diferencia con nuestra vida, a menudo llena de estrés, de premuras y de tiempo perdido! El momento de Dios no siempre es el nuestro, pues sus pensamientos no son nuestros pensamientos, y sus caminos no son los nuestros (Isaías 55:8).
Entonces, cuando oremos, no le pidamos una respuesta prematura, ni le pongamos ultimátum.
Nuestra fe también progresa a través de las luchas, de largas pruebas y períodos de sufrimiento.
Dios nunca se equivoca, y sus demoras no son retrasos… Él utiliza todo el curso de nuestra vida a fin de prepararnos para la eternidad.
Podemos estar seguros de que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28).
Si a menudo pensamos en lo que nos hace falta -algo totalmente natural-, hagamos la lista de todo lo que hemos recibido por la gracia divina y estaremos maravillados y agradecidos.
A nuestra falta de paciencia e impetuosidad natural, Dios responde mediante su Palabra: “La prueba de vuestra fe produce paciencia.
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna… Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 1:3-4, 5:11).
Lectura:📖✍
1 Reyes 8:1-30 – Marcos 10:1-31 – Salmo 55:16-23 – Proverbios 15:7-8
🥜🌱LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Miércoles 10 Mayo
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Eclesiastés 3:1
Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Hebreos 10:36
El tiempo de Dios y el nuestro
Raramente el tiempo de Dios corresponde al nuestro.
A menudo estamos afanados, mientras Dios nunca tiene prisa.
En la vida del Señor Jesús aquí en la tierra nunca vemos un momento de agitación o de retraso.
Él era el Señor del tiempo y servía perfectamente a su Padre.
¡Qué diferencia con nuestra vida, a menudo llena de estrés, de premuras y de tiempo perdido! El momento de Dios no siempre es el nuestro, pues sus pensamientos no son nuestros pensamientos, y sus caminos no son los nuestros (Isaías 55:8).
Entonces, cuando oremos, no le pidamos una respuesta prematura, ni le pongamos ultimátum.
Nuestra fe también progresa a través de las luchas, de largas pruebas y períodos de sufrimiento.
Dios nunca se equivoca, y sus demoras no son retrasos… Él utiliza todo el curso de nuestra vida a fin de prepararnos para la eternidad.
Podemos estar seguros de que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28).
Si a menudo pensamos en lo que nos hace falta -algo totalmente natural-, hagamos la lista de todo lo que hemos recibido por la gracia divina y estaremos maravillados y agradecidos.
A nuestra falta de paciencia e impetuosidad natural, Dios responde mediante su Palabra: “La prueba de vuestra fe produce paciencia.
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna… Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 1:3-4, 5:11).
Lectura:📖✍
1 Reyes 8:1-30 – Marcos 10:1-31 – Salmo 55:16-23 – Proverbios 15:7-8
s
Versículo del día 📖✝
oportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Colosenses 3:13
Versículo del día 📖✝